El desafío
Seven Doors no quiere engañar a nadie y, como su nombre indica, deberemos conseguir abrir 7 puertas. Estas nos llevan a diferentes habitaciones, cada una de ellas nos presentará un nuevo desafío. Algunos de estos desafíos requerirán de nuestro ingenio y otros de nuestra habilidad al mando. El objetivo es encontrar una calavera que, colocándola en el hueco correspondiente, nos permitirá salir de la habitación, así que la aventura la comenzamos sin ninguna historia, sin una explicación de cómo hemos llegado aquí y con una voz que nos reta a conseguir abrir las siete puertas. El objetivo será encontrar una respuesta al abrir la última puerta.
Las habitaciones
Nos moveremos por las habitaciones con una cámara en primera persona, donde la iluminación es poca. Estas habitaciones son de un tamaño pequeño, quitando algunas excepciones y posiblemente las más inspiradas. El juego intentará descolocarnos completamente con sus desafíos, ya que mezcla desafíos de observación, acertijos y los menos inspirados que son los de habilidad. Nuestro personaje podrá realizar acciones muy básicas como correr, lanzar o leer, saltar y disparar, recoger o soltar. La primera de las habitaciones será una pequeña biblioteca sin libros, donde no hallaremos ninguna pista sobre lo que hacer. Encontraremos una pistola con munición, pero solo se usará aquí y en todo el juego no habrá enemigos que eliminar.
Una vez superada esta habitación de estanterías vacías, nos quedará claro que el objetivo es encontrar la calavera, ponerla en su lugar y alcanzar la siguiente habitación. En la segunda habitación cuatro acertijos que deberemos resolver, encontrando los objetos y colocándolos en su lugar. Por fortuna, esta acción es automática si llevamos el objeto correcto, sin tenerlo que colocar nosotros. El tercer reto es una de las habitaciones más aterradoras, donde deberemos esquivar las miradas. Si lo hacemos mal moriremos y nos llevaremos un buen susto… Solo hemos de caer en la cuenta de por qué morimos y, cuando lo entendemos, lo solucionaremos rápidamente. En la cuarta habitación tocará demostrar lo gran observadores que somos debiendo descifrar un código en el interior de obras de arte. Es un poco frustrante como no entendamos las pistas.
La quinta habitación da sentido a los controles de correr y saltar, ya que deberemos evitar ser rebanados dentro de la habitación. Luego recorreremos un pasillo con pinchos que saldrán del suelo y caerán del techo, más alguna trampa en el suelo. La primera persona no ayuda a superarlas con facilidad, pero dentro de la habitación habrá un camino algo más seguro. La sexta es una de las habitaciones más grandes, donde recorreremos diferentes pasillos para encontrar diferentes notas. Al final deberemos resolver un jeroglífico que requerirá papel y lápiz y un buen ratito para descifrarlo. En la última sala seremos el rey de una partida de ajedrez, donde deberemos evitar morir con algún movimiento, aquí la primera persona nos dejará vendidos.
Tres extras
Como hemos explicado al principio, esta edición no terminará con la séptima habitación y nos premiará con tres habitaciones extra. Puedo aseguraros que estas habitaciones son las que me han parecido más divertidas. En la primera se nos presentará una habitación donde nos espera un ritual de brujería. Deberemos colocar 7 calaveras en su lugar siguiendo las indicaciones de una nota. Eso sí, es difícil acertar la ubicación de la primera, pero es bastante entretenido, sobre todo por las físicas a la hora de dejar las calaveras ya que a veces salen despedidas. La segunda es un nivel bastante grande donde un parque mostrará diferentes maniquís realizando una acción. Deberemos encontrar el objeto que les falta y ofrecérselo.
La última habitación estará dedicada a cuatro célebres piratas del s. XVII, con información muy interesante. En ella deberemos encontrar los objetos que pertenecen a cada uno de los piratas y colocarlos en su baúl. Cuando terminemos el juego podremos realizar de nuevo las 7 habitaciones originales o ir directamente a las tres extras, algo fundamental para conseguir todos los trofeos, ya que hay acciones secundarias que los desbloquean.
Transmitir sensaciones
Seven Doors no es un juego muy espectacular a nivel gráfico, pero destaca en el diseño y esa sensación de que las habitaciones nos quieren transmitir emociones. Una biblioteca que nos transmite tristeza, una habitación desordenada que nos imbuye en el caos, unas almas en pena que nos dan escalofríos o una galería de arte tan bella como desesperanzadora; nos hace sentirnos arqueólogos dentro de una pirámide o temer acabar rebanados por una de las trampas. La música también intenta transmitirnos esos sentimientos, con melodías a piano diferentes para cada habitación. Melodías que acompañan la ambientación de cada una de ellas, aunque no me han acabado de gustar. El juego está completamente doblado al castellano, tiene algún pequeño fallo, pero se agradece el esfuerzo.
Las 10 puertas
Seven Doors llega con una versión extendida de la lanzada hace dos años en PC. Aun así nos parecen pocas habitaciones diez, ya que algunas son retos muy sencillos. Eso sí, las tres últimas incorporaciones son las que más hemos disfrutado. Algunos puzles son divertidos e intentan darle variedad de pruebas, pero algunos son desquiciantes por no dejar clara su resolución. Las habitaciones de ensayo error no encajan y el control no es tan preciso como se requiere. A nivel gráfico no destaca y a nivel jugable es bastante tosco. Una pena que en estos dos años no hayan pulido más el control. Tenemos sensaciones encontradas con el juego, ya que algunas habitaciones por sus rompecabezas y diseños merecen la pena, pero otras son un suplicio.
Análisis del juego gracias al código de descarga adelantado facilitado por Soedesco.
Las capturas han sido realizadas In Game propias de la versión de PlayStation 5.