Y parece que lo ha conseguido. Estamos ante uno de esos juegos que desde que se inician ya sabemos que nos va a hacer disfrutar, divertirnos, frustrarnos, enfadarnos… Sí, un juego en toda regla que va a ser capaz de sacar lo mejor y lo peor de cada uno de nosotros.
De qué va
Pues en un futuro postapocalíptico y con la raza humana condenada a la extinción, el único lugar que queda de pie es la Torre Dharma, un mega complejo piramidal en el que convive lo que queda de los humanos. Para más inri, está bajo el yugo de la tiranía de una tal Mara. Cuando nuestro protagonista despierta, lo hace en los más bajos fondos de la colosal torre.
Mitad ciborg, mitad humano, el caso es que empezaremos a oír voces que nos animan a acabar con la malvada tirana y sacar a lo poco que queda de la humanidad de su fin. A lo largo de la aventura nos irán contando cosas, algo que pasa un poco desapercibido, pues la dinámica estresante de ir saltando y acabando con enemigos nos impide leer los textos, perfectamente en castellano, eso sí. Pero si se entiende el idioma de Shakespeare, no hará falta leer nada.
Poco más contaros de la historia. Lo mejor es que el resto lo descubráis vosotros mismos.
A jugar
Bien, pues después de ver la introducción y de qué va la trama -algo que no es esencial para el discurrir del juego-, no ponemos en la piel de este guerrero ninja, mitad ciborg, mitad humano, con grandes dotes para el parkour y ágilmente muy dotado. Dos o tres consejos, y ya estamos dando brincos, saltando y corriendo por las pareces, y dando espadazos.
No penséis que al ser un juego en primero persona y de acción vamos a poder disparar. Nada de eso. Tan solo contaremos con nuestra katana y la habilidad innata o inducida de ser capaces de hacer verdaderas virguerías “parkourianas” -permitidme la expresión-.
Los primeros tres o cuatro saltos se hacen sin dificultad, pero luego la cosa se irá complicando, llegando a extremos donde nos encontraremos con un sinfín de enemigos que nos querrán abatir -ellos sí disparan-, y nosotros debemos acabar con ellos de la manera más rápida posible sin que nos alcancen o sin que nos caigamos al vacío.
Mamá, tengo poderes
Para aquellos que ya están pensando que esto es una locura -lo es- decirles que afortunadamente, según vayamos pasando niveles, tendremos ayudas para nuestra aventura, a través de armas (no pasan de ser katanas mejoradas) o power-ups para utilizar en determinadas zonas. También están las habilidades propias que iremos desbloqueando, como puede ser la detención del tiempo en los saltos para poder cambiar el rumbo del mismo, el golpe con telequinesis… Vamos, os dejamos el resto para que lo descubráis vosotros mismos.
También está ese curioso sistema de personalización de nuestras habilidades, en el que a través de un sistema de puzles a lo Tetris, podremos ir mejorando nuestras habilidades y obtener más ventajas frente a los enemigos. Muy original.
Me he muerto
No os asustéis. Al principio las muertes son poco dolorosas -fallo crítico-. El caso es que es un juego en el que moriremos muchas, muchas veces. Y cuando decimos muchas, creednos, son muchas, hasta el punto de llegar a desesperar en ciertos puntos del juego. Afortunadamente, el juego está tan bien diseñado en este aspecto, que cuando morimos no pasa ni un segundo para volver al último punto de control.
Resulta curioso ver, tras pasar un nivel, que se nos indica el número de veces que hemos muerto… A veces no nos hemos podido creer que nos hayamos muerto tantas veces. Dichas muertes no sólo vienen provocadas porque nos caigamos, si no porque los enemigos nos disparan con una puntería increíble, y de un solo disparo estamos muertos. Podemos esquivar los disparos (es difícil, pero no imposible), o bien pararlos con la katana (no recomendable, pues hay que acertar en el momento justo, y es difícil), pero para suerte para nosotros, también de un solo espadazo acabamos con los enemigos.
El ritmo frenético, la música cyberpunk, los controles…. Todo se hace de repente un nudo en las manos y la consecuencia es que, otra vez, volvemos al punto de control. Esto es genial, es como un reto a nuestros sentidos, intentar superarnos a cada paso que damos. Es la idea del juego.
La delgada línea roja
Hay una línea muy fina entre la satisfacción de ver cómo avanzamos y la frustración de no pasar ese punto determinado. Creednos cuando decimos esto, pues seguro que muchas veces acabaréis atacados por no poder pasar ese determinado punto. En este sentido, os aconsejamos dejar el juego un rato, y cogerlo cuando estemos más calmados.
Nosotros -yo en particular- he muerto miles -sí, miles- de veces para poder acabarme el juego, pero ya os digo que la experiencia ha sido fantástica. Esa mezcla de plataformas 3D en primera persona con el parkour como arma básica, con toda la temática cyberpunk y la banda sonora trepidante que escuchamos en cada momento (compuesta por Daniel Deluxe, por cierto), hace que jugarlo sea un verdadero placer.
Algo que no nos ha gustado es que no hay forma de parar la acción, es decir, o jugamos el nivel entero antes de apagar la consola, o la próxima vez tendremos que empezar dicho nivel desde el principio… En los comienzos esto no importa, pero en los niveles que son más largos o complicados, es una faena. Así que lo mejor es jugar sin prisa, sin tener que hacer algo después, porque entonces estamos perdidos.
Un juegazo lo mires por donde lo mires, que desde esta web recomendamos al 100%. A nosotros nos ha encantado, aunque no está exento de frustraciones, también hay momentos épicos.
Análisis del juego gracias al código de descarga facilitado por 505 Games España.