El Katamari occidental
Para un planteamiento tan loco, el referente es Katamari Damacy Reroll de Keita Takahashi. Su aspecto gráfico es bastante simple, con colores muy vivos. Hay un total de 24 niveles cada uno con sus diferentes ubicaciones, en el que el objetivo será tragarnos todos los elementos de la pantalla. Con esta idea nace una historia algo variopinta, en la que un mapache tiene una tienda de Donuts. Cada cliente que pida un Donut se le envía un agujero mediante una aplicación móvil. Seis semanas después de su apertura nos encontraremos a todos los vecinos a 999 metros bajo tierra. Cada uno de ellos nos explicará su historia con el agujero para encontrar una solución y volver a la superficie.
Mecánicas repletas de puzles
La mecánica es muy sencilla, nosotros controlaremos un agujero negro en el suelo. Este lo podremos desplazar con total libertad por el nivel. Su función será la de tragarse todo objeto que quepa por su apertura. A medida que vayamos absorbiendo objetos este irá creciendo cada vez más hasta conseguir engullir casas enteras. Los niveles pueden tener diferentes secciones donde el objetivo principal será limpiar el escenario. Aunque el objetivo siempre será que caiga algún vecino por él. Para ello en algunos puntos habrá que resolver sencillos puzles. Estos tendrán que ver con palancas que activan mecanismos, llenarse de agua, usar la catapulta para lanzar objetos o hacer estallar cohetes. Los puzles son muy originales, pero no significan un reto mayúsculo.
Si en el agujero metemos dos conejos, estos se enamorarán haciendo crecer el tamaño del agujero.
Que tengas un día de estiércol
Una vez completemos el escenario se nos puntuará con experiencia y podremos ver todos los objetos absorbidos en la Trashopedia. La Trashopedia tiene su gracia, ya que cada objeto tendrá una descripción humorística. La experiencia no entiendo para que sirve, porque no se puede canjear, aunque la música mola mucho. También conseguiremos dinero para la tienda de objetos, en la que compraremos un quadcopter, la catapulta y nada más. Un sin sentido que da la sensación de que el juego pretendía ser algo más y se acabó el desarrollo de forma temprana.
Una historia sin mucha historia
El relato nos lleva a una historia que no es la razón para adquirir el juego. Sus personajes se comunicarán entre ellos hablando por el chat del móvil. Los textos están traducidos al castellano, aunque no podremos valorar nada. Lo único diferente será enviar el guiño de un patito. Nada destacable y seguramente pasaréis la historia sin prestarle atención, con la idea de seguir jugando. Un juego que es bastante corto y nos puede durar entre 1 hora y media y las 2 horas. Probablemente es que el juego no daba para más, ya que llega un punto que se hace demasiado cotidiano dentro de su originalidad.
Abucinante
Es increíble como afectan las redes sociales al desarrollo de un videojuego. La mecánicas jugables son muy buenas y los puzles están muy bien desarrollados. Su historia está llena de humor, pero se puede hacer aburrida. La jugabilidad es sencilla, ya que solo requiere el control del sitck y un botón para la acción. Al final estaremos muy entretenidos engullendo cosas, aunque con la sensación de que si durara más y hubiera tenido más puzles lo habríamos disfrutado más. Es un titulo corto, pero que podemos alargar al buscar las acciones necesarias para hacerlo.