Un juego de origen ruso llamado Tetris revolucionó el mundo de los videojuegos. Tal fue su fuerza que recibió adaptaciones para todos los sistemas, y aquellos que no tuvieron el original se les programó algún clon. El más exitoso sin lugar a dudas fue el Tetris que acompañaba a la primera portátil de Nintendo, Game Boy. Arrasó en ventas, hundiendo a cualquier rival por potente que fuera. Se puede considerar que Tetris frustró a Atari y Sega, hundiendo a Lynx y Game Gear, portátiles más potentes que poseían paletas de colores. Su mecánica se basaba en ordenar las diferentes piezas que caían del cielo, rotándolas y encajándolas, con el objetivo de hacer líneas sin huecos. Una vez completa la línea esta desaparecía, permitiendo colocar más piezas.
El género ha ido evolucionando, el más usado además de las formas, son los colores, o incluso los hay musicales. Nintendo creó Dr. Mario en el que teníamos que unir pastillas para combatir los virus; en Columns de Sega juntábamos columnas de colores, o en Puyo Puyo uníamos unas simpáticas gotas de colores. En Puzzle Bobble se le daba una vuelta de tuerca, lanzando al techo burbujas de colores, con el objetivo de limpiar la pantalla de bolas. Este género contiene una gran variedad de títulos, sobre todo por el gran boom de los teléfonos móviles.
Un puzle con historia
Los juegos de puzles no cuentan con historias desarrolladas, es la propia jugabilidad la que le da un sentido al juego. Por ejemplo, en Super Puzzle Fighter 2 (variante de Street Fighter 2 dedicada al puzle) acumulábamos gemas que caían de dos en dos. Al contactar gemas del mismo color estas se enlazaban, si conseguíamos realizar un cuadrado se creaba una gema más grande. Estas se destruían al contactar con ondas de energía, como resultado nuestro avatar realizaba un ataque especial lanzando gemas al rival. En esta ocasión nos encontramos con una elaborada historia que nos permitirá jugar a este frenético puzle.