Una patata que nos cambia la mentalidad
Xbox Series S es un invento realmente extraordinario y un golpe que desde Sony no esperaban. Se trata de una consola a un precio muy competente y del que Microsoft pierde 200€ por cada consola vendida. Mientras que de Xbox Series X pierde 100€, algo que también le sucede a Sony con PlayStation 5, de ahí que hayan subido su precio, ya que la ley Europea de la competencia se lo exige. Extrañamente en Microsoft no han subido los precios y por contrapartida han abaratado la Xbox Series S. Para tener un precio tan bajo la consola no incluye lector de discos y su disco duro alcanza los 512 Gb. Un hándicap beneficioso si cambiamos la forma de comprender el coleccionismo.
Se acabó coleccionar juegos en una estantería, para disfrutar de una biblioteca digital, donde los juegos siempre estarán disponibles para descargar. En estos momentos tengo ocupado un 92% del disco duro, con juegos como: Battletoads, Scorn, Tunic, The Ascent, Trek to Yomi, A Plague Tale Requiem, Deathloop, Sonic Frontiers, Evil West, FIFA 23 y Gungrave G.O.R.E.. Una buena remesa de juegos con los que disfrutar y una vez completados borrar para dejar sitio a otros. La otra opción es comprar un disco duro SSD, pero es excesivamente caro, por lo que no es muy recomendable. Este disco nos permite jugar a los juegos dedicados a la consola o adaptados para ella. Si optamos por un disco duro extraíble, solo será para almacenarlos ya que no nos permitirá jugar a no ser que lo instalemos en la consola. Sí que jugaremos con aquellos juegos que no han sido adaptados y se pueden jugar en Xbox, Xbox 360 o Xbox One.
El entender de la consola también se debe a aprovechar el servicio Xbox Game Pass, una solución con más de 100 juegos. Muchos de sus títulos son juegos top que están disponibles en su lanzamiento y los juegos de la propia Microsoft. Solo con este servicio ya podemos estar satisfechos de la suscripción anual que se va renovando mes a mes incluyendo nuevos juegos y despidiéndose de otros. El X-Cloud es un servicio de computerización en la nube, que en las pruebas que hemos hecho ha funcionado realmente bien. A veces tenemos algún bajón que se resuelve con un refresco de pantalla. Esta opción nos permite acceder a cualquier juego de manera instantánea sin descargarlo desde la tienda o el Xbox Game Pass.
Una patata con genio
Xbox Series S no nos va a ofrecer una calidad técnica al nivel de PlayStation 5 y Xbox Series X. De hecho, la consola se podría considerar una variante de ambas consolas dedicadas en exclusiva al rendimiento de los juegos. Sus juegos funcionan en full HD (1440p), quitándose de encima las 4K. La tecnología Raytracing no la explota en todos sus juegos, aunque se ha demostrado que puede usarla. Aun así, los juegos se ven mucho mejor que en las anteriores consolas en una televisión 4K. El rendimiento de los juegos puede alcanzar los 120 fps, aunque no hemos visto muchos rindiendo así, por lo que podemos decir que el desarrollo de Gotham Knights no ha sido lastrado por la Series S, si no por la pereza de sus programadores o los tiempos de entrega del videojuego.
Una patata con una presentación clásica
La caja de la consola es de lo más elegante con su tono blanco y que demuestra lo pequeña que es la consola comparándola con el mando. En la parte posterior se nos muestra la batería de grandes títulos a los que podemos jugar junto a la frase “Power Your Dreams”. Al abrirla nos encontramos el mismo lema que significa “Potencia tus sueños”. Una vez sacamos la consola, nos puede la comparación con el tamaño de la Xbox One S. La consola es casi la mitad de profunda y es un poco más alta. En el frontal tenemos una entrada de USB, mientras que en la parte posterior encontramos: El puerto Ethernet, dos entradas USB, la salida del HDMI, el cable de alimentación y el Storage Expansion para el disco duro SSD.
El mando es exactamente igual en proporción al anterior y podemos conectar cualquier mando de Microsoft de la generación que sea. El nuevo mando es blanco y como novedad está la cruceta que imita al mando Pro y un botón para realizar capturas, además de partes rugosas para fijar el agarre de nuestras manos y en los gatillos para que no se resbalen los dedos. La gracia es que tenemos un producto continuista que se nos hace muy familiar. Al encender la consola nos pedirá el número de teléfono para configurarla rápidamente. No es algo obligatorio y si tienes tu cuenta la instalaremos muy fácilmente, por lo que no requerirá mucho tiempo para empezar a jugar.
Una patata con temperamento
Una vez explicado que la consola no es tan puntera como sus rivales a nivel gráfico, sí que lo es a nivel rendimiento. De hecho, en pruebas con Fornite se ha demostrado que la consola no tiene nada que envidiar a las versiones de Xbox Series X y PlayStation 5. En el tema de gasto de energía es una consola low energy. Jugando el mismo tiempo a juegos como Gears 5 o Halo Infinite esta consola consume 58W, mientras que en Xbox Series X lo haría a 144W. La Series S además es muy silenciosa con 38 Db mientras jugamos por 43,9dB en la Series X.
Gracias al Velocity Architecture la consola se inicia mucho más rápidamente que su antecesora. Los juegos se cargan a una velocidad más alta y no podemos olvidarnos del Quick Resume. Este sistema revolucionario nos permite jugar a varios juegos con acceso instantáneo para cambiar entre ellos en cualquier momento. También podemos apagar la consola en mitad de una partida, empezándola donde la hayamos dejado sin necesitad de guardar, de tiempos de carga o menús molestos. Cuando lo leí, fue una característica que me pareció una tontería, pero enseguida se hace indispensable.
La adaptación de los juegos antiguos es completamente gratuita, siempre que la compañía lo haya querido hacer. Los juegos sin la adaptación se ven mucho mejor en dicha consola, aumentando su rendimiento con movimientos más suaves y mejor reacción al control. Nosotros hemos jugado a Tunic en su versión Xbox One y la adaptación mejorada a Xbox Series S. Las animaciones aumentan y todo se vuelve más suave y con un control más fiable. Pero lo primero que vemos y nos ha encantado, es cómo aumenta la paleta de colores, en una versión mucho más bonita. Además el tratamiento de la luz, algo por lo que destaca Tunic, aquí se ve muchísimo mejor. No sabemos si es Raytracing, pero hemos visto vídeos donde han conseguido implementarlo en juegos como Watch Dogs.
Una patata caliente
Hacerse con una Xbox Series S es una buena opción para disfrutar de los videojuegos presentes y futuros. Tiene opciones muy interesantes, un precio económico que además se ha rebajado en este mercado. Las otras opciones siguen teniendo problemas de abastecimiento en tiendas. La Xbox Series X aún se puede comprar en tienda, mientras que PlayStation 5 sigue requiriendo reservas de un mes y con un pack con un precio prohibitivo, un tema que podría mejorar en el próximo año, aunque lo que debe decantar tu opción de compra son los juegos que se lanzan para cada consola. Por nuestro lado estamos muy contentos con haber comprado esta patata, como la calificó el programador para criticarla.