La evolución de Quantic Dream desde el lanzamiento de su primer videojuego llega a su culmen en su último videojuego. Por fin David Cage consigue que la tecnología llegue al nivel de la narrativa que le quieren imprimir. Los pasos de la compañía no han sido fáciles, empezando por su primer juego, The Nomad Soul, lanzado en 1999 y que tuvo un desarrollo complicado, siendo su gran estrella David Bowie quien también aportaría la BSO. En 2005 llegaría Fahrenheit, en el que se nos acusaría de unos crímenes en los que deberíamos demostrar nuestra inocencia. La obra cumbre llegaría con Heavy Rain, que nos llevaría a enfrentarnos al asesino del origami y al secuestro de niños. Una pequeña traba en el camino fue Beyond: 2 Almas (2013), una historia sobrenatural en el que sus dos protagonistas eran Ellen Page y Willen Dafoe en un título excesivamente lineal. Ahora se nos presenta este Detroit Become Human, la obra magna de Quantic Dreams.
Detroit 2038
Se trata de una ciudad futurista en lo que consideraríamos la evolución natural. Vehículos que se conducen automáticamente, carteles holográficos, nada que nos traslade a un futuro no reconocible para el jugador. El apartado técnico del juego es excelente, pareciendo que estamos ante una película de animación sofisticada. Detroit se expande ante nosotros, no como un mundo abierto, si no como diferentes zonas divididas por los capítulos donde podremos explorar pequeñas zonas. Para ello se recurre a un sencillo sistema en donde sus protagonistas son frenados por sus propios programas.
La empresa Cyberlife dedicada a la alta tecnología, está ubicada en Detroit, de ella ha surgido la gran evolución de la humanidad. Son los culpables de la creación de androides parecidos a humanos y que se usan para diferentes servicios. Esto ha creado una sociedad dividida entre aquellos que están en contra por culpa de la alta tasa de paro, y los que apoyan a los androides como un avance. Así tendremos una Detroit algo violenta hacia los androides, que no mostrarán sus emociones, pero que empiezan a tener la capacidad de pensar por sí mismos. Estos androides son conocidos como Divergentes.