El Luminario portará la marca de la luz, permitiéndole afrontar las más terribles tinieblas que acechan a Yggdrasil, el árbol de la vida. Es por ello que, desde su llegada, vendrá marcado por un destino en desgracia. Heredero de un reino que fue quemado por monstruosidades llegadas del inframundo. Hijo de un rey y una reina que pagaron con su vida el destino de Erdrea. Al desaparecer en un pueblo escondido entre las montañas, conocido como Peñalabria, consigue tener una vida rodeado de amigos y una familia que lo quiere. Al cumplir los 16 años el destino volverá a cruzarse en su vida, y deberá volver a enfrentarse a su peor enemigo, el señor oscuro. Así comienza Dragon Quest XI Ecos de un Pasado Perdido.
Estamos ante una aventura que se nos presentará como una historia desgarradora, en la que tendremos que viajar por Erdrea. Conoceremos sus ciudades, sus habitantes y formaremos un grupo de héroes, en una batalla entre el bien y el mal. Como toda buena historia, todo tiene sus matices, y estos serán explicados a lo largo de nuestro camino. Conoceremos el pasado, nuestros enemigos podrían volverse valerosos aliados y quizás no todos nuestros amigos se merezcan nuestra confianza. Una aventura sin muchas sorpresas en sus primeras 30 horas, pero que dará un giro radical pasado su ecuador. Hay que decir que la duración de la aventura principal oscila entre 70 y 100 horas de juego, dependiendo de lo que nos entretengamos en el camino.