En Katana Zero conoceremos al samurái bautizado como “El Dragón”. Este está haciendo estragos en Nueva Meca y en concreto en el tercer distrito. Se trata de un matón a sueldo, contratado para eliminar a personas importantes de la ciudad. El problema con el que cuenta este antihéroe es una amnesia que no le permite recordar su pasado, solo a través de pesadillas que no sabe entender y para lo que necesita un psicólogo. “El Dragón” es una de las personas más diestras con el uso de la katana y un maestro del sigilo (cuando lo requiere la situación), aunque cumplir sus planes le llevará eliminar a más personas de las necesarias, algo que molestará a quien lo contrata.
Increíble Pixel Art
Katana Zero es un juego independiente con un impecable Pixel Art. Es precioso, sobre todo por lo fluido de los movimientos de sus personajes y vehículos. Este punto entra por la vista desde los inicios del juego y se va desplegando de forma hipnótica. Estamos ante un juego con scroll lateral en 2 dimensiones, donde visitaremos muchos escenarios. Cada escenario será una misión, pasando por fábricas, clubs nocturnos, prisiones, estudios, mansiones, Chinatown, el matadero y un Búnker. Estos escenarios son jugables, pero además la historia se desarrolla en más estancias, entre ellas, el apartamento del protagonista, la consulta del psicólogo y otras ubicaciones que mejor no desvelamos.
Un samurái de increíbles habilidades
El Dragón tiene una habilidad especial que influye directamente en la jugabilidad: la precognición, lo que le permite ver las cosas antes de que pasen. Así, cada escenario lo jugaremos como si fuera un plan pensado por él; si nos matan, deberemos empezar de nuevo. Nos moveremos libremente por el escenario, con el objetivo de matar al hombre indicado en el dossier. Para llegar a éste deberemos eliminar a pandilleros, miembros de seguridad e incluso a policías. Nuestra arma principal será la Katana, con la que podremos atacar en cualquier dirección. El Dragón podrá recoger diferentes objetos, como pistolas (que lanzaremos), cuchillos, jarrones, bustos o granadas de humo o con temporizador.
Los enemigos actúan según nuestros movimientos, y los hay armados con armas de fuego. Reaccionan al sonido de disparos, alarmas o se interesan por los sonidos de botella rotas, algo que deberemos tener en cuenta, ya que además el escenario puede tener trampas que podremos activar o desactivar, como láseres que eliminarán tanto enemigos como a nosotros mismos. Para evitar ser desintegrados podremos rodar, y durante esta acción seremos invencibles, así que rodando no nos afectarán las balas enemigas, un movimiento que no podemos realizar en el aire.
El Dragón podrá ralentizar el tiempo, momento temporal en el que podremos devolver las balas enemigas con la Katana, además de permitirnos pensar cuál es la mejor acción a realizar en momentos críticos. Los niveles están creados para que pensemos que acción es más efectiva. Deberemos tener en cuenta el tempo de juego y nuestra habilidad para completarla con éxito. La acción acaba en una extraordinaria coreografía de disparos, decapitaciones, explosiones y mucha sangre.
Momentos especiales
La acción está muy bien planteada, pues tiene momentos que rompen con la rutina y que se agradecen. La mayoría de estos momentos tienen que ver con vehículos, como el momento de la vagoneta o la conducción de la moto. La vagoneta es un clásico de los videojuegos, donde deberemos calcular bien los saltos. Durante la persecución en moto deberemos eliminar a otros motoristas y esquivar algunos vehículos. En el club deberemos usar el sigilo, entraremos en su modo sigilo, que nos hará avanzar lentamente. En este escenario veremos el cono de luz, que nos permite saber hacia donde miran los enemigos. Para evitar ser vistos nos mezclaremos entre la gente bailando.
Hay algún momento en el que visionaremos una cinta de VHS. Aquí controlaremos a otro personaje con una habilidad especial. Durante el resto del juego, se echa de menos que el protagonista principal no tenga este poder. Para terminar, están los jefes finales, realmente espectaculares en diseño, aunque no serán de gran tamaño; sus habilidades nos harán plantearnos cómo derrotarlos.
No es solo acción
Como hemos explicado antes, hay escenarios que no se incluyen en la acción. Son momentos dedicados a su historia intrínseca. Nuestro personaje tiene problemas de amnesia y poco a poco iremos averiguando su pasado. Eso sí, está construido a base del resultado de nuestras conversaciones. Hablaremos con muchos personajes, pudiendo ser directos o esperar un tiempo para optar por nuevas opciones. Así, según nuestras decisiones, tendremos más o menos información. Además, podremos explorar los escenarios en busca de objetos, optando por nuevas líneas de conversación.
En algunas ocasiones es difícil comprender la historia, más que nada porque está explicada bajo los síntomas de una droga. Por ello cuenta con efectos muy efectivos, con giros y algunos tiempos desordenados. Hay un momento que queremos destacar, que a mí personalmente, me ha hecho plantearme la muerte, tal y como está presentada en el juego. Quizá es como he dicho, por algo personal, pero es una decisión con unos resultados que me han marcado.
Modos de juego
Katana Zero es un juego para un solo jugador, por lo que la historia cuenta con un total de unas 6 horas. Una vez lo hayamos completado desbloquearemos un modo difícil, el laboratorio y la pasada rápida. El modo difícil es una gran excusa para volver a jugar al juego. El laboratorio nos permite seleccionar diferentes elementos, como las armas que llevaremos. Un toque diferente que afecta a la jugabilidad. La pasada rápida elimina la historia y nos permite pasarnos todos los niveles jugables y marcar un tiempo récord.
Sonido
La calidad de un título se demuestra sobre todo en los detalles y Katana ZERO está repleto de ellos. El que más nos gusta es que esté completamente subtitulado en castellano, repleto de textos que deberemos entender para comprender la historia. La música es machacona y la escucharemos cuando “El Dragón” al inicio del nivel conecte el Walkman. Este detalle es muy molón, y además en la parte inferior veremos el título y autor de la música. Ritmos que enganchan, pero extrañamente difíciles para que se nos queden en la memoria.
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