Secret Legend
El proyecto empezó llamándose Secret Legend y como describe su nombre, su historia es un secreto. A mí me gusta empezar poniéndoos en situación con la historia del juego, pero en este caso es mejor contar poquita cosa. Tunic no quiere contar nada al jugador, sino que lo descubra por sí mismo. Solo os diremos que está protagonizado por un simpático Zorro que se desplazará por un mundo desconocido. Tan desconocido que, como el jugador, no entiende el idioma con el que se escriben los letreros. Este precioso lugar repleto de estatuas, tótems, pozos y mecanismos extraños lo recorreremos con una cámara en vista isométrica.
Low Poly
En el apartado visual nos encontramos con un juego precioso y muy colorido. Aunque como buen homenaje a una saga antigua tiene ese aroma retro representado con pocos polígonos. Nuestro personaje es bastante carismático y los enemigos pueden llegar a ser muy cuquis, pero siempre serán un desafío pese a su apariencia. Nos encontramos con varias superficies que esconden muchos secretos y misterios, las cuales deberemos recorrer. En cada una de ellas deberemos superar diferentes mazmorras, pero como os podéis imaginar no hay ningún tipo de guía. En este sentido Tunic muestra un diseño tramposo, que ha sido admirado por mucha prensa. A mí personalmente no me ha gustado, ya que muchas veces te deja atascado o intentando completar una mazmorra para la que no tienes nivel.
¿Por qué es tramposo?
Me ha desquiciado, y mucho, su estructura, te muestra cosas inaccesibles y te permite acceder a niveles para los que requieres más nivel o algún objeto que posiblemente no hayas encontrado. El problema es que piensas que esa es la mazmorra que debes superar para avanzar. Según pasan las horas te das cuenta de que el juego tiene muchos recovecos, algunos que ni parecen un camino o una puerta. Estos te permiten ir a otros lugares, que serían el camino que debes recorrer. No comprendo que estas situaciones sucedan con la aventura principal, ya que esto lo compro para misiones secundarias u objetos especiales. Así que pronto nos vemos en la obligación de ir chupando paredes, cascadas y arboledas, en busca de ese camino secreto.
Un manual para los noventeros
Tenemos una pequeña ayuda con un manual que veremos al activar la pausa. Sus hojas están desperdigadas por los escenarios y las deberemos ir recogiendo. Es un homenaje a los manuales de ayuda que venían en las cajas de los juegos y que ya no se incluyen. Aquí nos explican los ataques, las habilidades del zorro, la utilidad de los objetos que recogemos, cómo usar las estatuas, pozos y tótems. Incluso nos muestran los escenarios, pero de inicio estarán en un texto ininteligible, así que de poca utilidad nos aportará hasta que el zorro vaya aprendiendo algunas palabras según avance la aventura. Sí, podremos entender algunas cosas viendo las magníficas ilustraciones, pero no todas.
Exploración de las superficies
El mundo que vamos a visitar está dividido en diferentes superficies, cada una de ellas con su propio ambiente y enemigos. El orden de visita, como he dicho antes, no está preestablecido y puedes entrar en cualquier mazmorra. Algunas de ellas serán una trampa mortal si no tenemos el elemento adecuado o el nivel que nos permita derrotar a los enemigos. Exploraremos bosques, ruinas, templos, mazmorras, cuevas, bibliotecas y alguna zona secreta donde cambiar nuestro atuendo. En ellos hay unas estatuas que al adorarlas salvaremos la vida, pero reiniciaremos el nivel. Activaremos mecanismos para abrir nuevas zonas e incluso activaremos atajos para saltarnos las zonas que ya hayamos completado.
Explorar a conciencia los escenarios será crucial para encontrar páginas del manual o los cofres que nos otorguen dinero y los diferentes objetos. Los telescopios nos permitirán estudiar una zona gracias a la perspectiva general que nos mostrarán. Durante la aventura encontraremos algunas puertas doradas, que nos llevan hasta un recuerdo o una persona prisionera, que no podemos liberar, pero que requiere nuestra ayuda. El zorrito irá ganando algunas habilidades extra, que le permitan explorar zonas inaccesibles. Entre ellas nos encontramos con un gancho que nos desplazará de un lado a otro si hay algún elemento de sujeción.
La vida y el dinero
Como en los Soulslike, moriremos habitualmente, quedándose nuestro espíritu en la zona fallecida. Si lo alcanzamos recuperaremos todo el dinero que hayamos recogido en nuestra anterior aventura. Si fallecemos en el camino, lo perderemos todo. La función del dinero es importante por dos cuestiones; la primera es comprar en las tiendas: los objetos consumibles, que nos recuperan la vida, la resistencia o la magia en caso de necesidad y comprar objetos de distracción o de apoyo en el combate. Incluso aumentar el número de pociones que podremos llevar. Ya sabéis, como en los Soulslike, podremos ir curándonos durante la exploración y una vez alcancemos la estatua se volverán a rellenar.
La segunda tiene que ver con mejorar nuestros 6 atributos. Estos son: fuerza, ataque, magia, defensa y poder de curación de las pociones. Para ello requeriremos ofrecer unos objetos especiales y parte de una cantidad de dinero. No os voy a contar de qué se trata por el tema del misterio y así sufrís un ratito, que parte de la gracia de Tunic es ésa.
Combate
El combate como todo el juego va evolucionando y mejorando según pasan las horas. De inicio será todo muy básico y atacaremos solo con un bastón. La habilidad de esquivar agotará nuestra barra de resistencia y es fundamental dominarla, porque no es sencilla. Enseguida iremos consiguiendo más objetos y una espada. Colocaremos en tres ranuras de acceso rápido las armas y objetos que queramos llevar. Aquí colocaremos bombas, dinamita y objetos especiales, incluso algunas armas que consumirán magia y lanzarán ataques a distancia. Nuestros enemigos serán duros y cada uno requerirá de una estrategia para vencerlos. Algunos de ellos, como nosotros, estarán equipados con un escudo y otros tendrán ataques que nos dejarán a merced del resto de enemigos.
Los enemigos no son muy listos, pero en conjunto pueden ser un dolor de cabeza. Los hay de muchos tipos y si no utilizamos la estrategia necesaria para cada uno de ellos, nos derrotarán. Hay comandantes, más duros que el resto, que nos complicarán un poco las cosas, pero si los derrotamos no volverán a aparecer. Sin faltar los jefes de zona, que serán de un buen tamaño y nos harán la vida imposible con sus variables en ataque y su mosqueo al restarle vida. Estos tienen un truco y aquí seré bueno con vosotros. Atacarles de inicio les restará vida y lanzarles un objeto de distracción nos facilitará mucho las cosas en el tramo final. Por cierto, el juego cuando entramos en el menú para cambiar objetos, no se pausa, avisados quedáis.
Tramposo, pero…
Tunic es un juego impresionante, sobre todo porque lo ha desarrollado una sola persona. Pese a contar con un diseño de pocos polígonos sus escenarios son preciosos, me fascina el juego de luces y el color que se le ha impreso. La melodía nos acompaña estupendamente, con composiciones muy tranquilas y cuando lo requieren se aceleran. Pese al idioma extraño, Tunic está traducido al castellano, algo que se agradece y mucho. Que todo sea tan críptico no me acaba de convencer, pero es parte de su encanto. Es muy gratificante cuando superas secciones o cuando por ti mismo descubres mediante la prueba como se utilizan algunos objetos. Completar la aventura nos llevará unas 10 horas y hay contenido post final para continuarla.
Análisis del juego gracias al código de descarga facilitado por ICO Partners.