Os preguntaréis: ¿Qué tiene esto que ver con el videojuego que os vamos a analizar?. Pues poco y mucho, ya que en Sir Lovelot seremos un caballero de brillante armadura, el cual busca a su princesa. Una tarea mucho más complicada de lo que actualmente es. Aunque como si usara una aplicación de contactos, su búsqueda será entre las princesas encerradas en torres aisladas, a las que deberá hacerles llegar una flor y superar la primera noche pasional. Está claro que un caballero y una damisela no se pueden quedar con el primero que ven.
Enamorados del Pixel Art
Sir Lovelot entra directamente por los ojos, con un apartado gráfico que nos lleva a la nostalgia del Pixel Art. Es de esos juegos bonitos, con un protagonista algo simple, pero brutalmente efectivo. Es como si un personaje de Bomberman se trasladara a la época medieval, vistiendo una armadura y capa. Dejando las bombas de lado y equipado con una espada capaz de lanzar bolas de energía que eliminarán a los enemigos. Este personaje en una pantalla grande reluce, pero si jugamos en su modo portátil en Switch, lo vemos excesivamente pequeño.
El juego lo completan un total de 42 niveles divididos en 4 zonas, que modificarán el entorno y los paisajes. Estos los recorreremos con una pantalla lateral, en el que veremos bellos bosques compuestos por torres, un pantano y su tétrico bosque, la cima embrujada con la aparición de rayos que iluminarán un cementerio y las cuevas de un volcán. Además, cada nivel tiene un ciclo día y noche, por lo que la iluminación cambia al acercarnos a la torre que encierra a una princesa.
Cada nivel cuenta con diferentes zonas, y cada una ocupa una pantalla completa. Alcanzar el límite de ésta nos desplaza a otra pantalla, creando un checkpoint que nos facilita la aventura. Nos esperan muchas plataformas, con escenarios repletos de trampas que pondrán a prueba nuestra habilidad al mando. Pinchos, enredaderas, sierras mecánicas móviles y fijas, estatuas que escupen esferas, bolas de fuego y guillotinas., además de elementos que nos pueden ayudar o nos harán cometer errores, como son los muelles o los ventiladores.
Una jugabilidad reluciente
Sir Lovelot destaca por una jugabilidad a prueba de bombas y para ello se ha reflejado en uno de los mejores Super Meat Boy. Es rápido, un personaje pequeño y rápido, que cede protagonismo a la grandiosidad de los escenarios, sus trampas y plataformas, aunque en ocasiones la velocidad del personaje nos puede dejar vendidos en tramos complicados. Nuestro objetivo será encontrar la torre que se esconde en cada nivel. Allí, una princesa está dispuesta a enamorarse de nuestro Don Juan. Su única petición será que éste le obsequie con una flor. Ella lo recibirá con alegría y pasión soltando su melena para que escale la torre. Quizás el juego en ese sentido sea algo machista, pero no deja de ser una referencia cómica a los cuentos de princesas.
Nuestro caballero deberá sortear muchas trampas y plataformas, para lo que contará con una agilidad enorme. Podrá saltar una altura considerable o largas distancias gracias al doble salto. Es capaz de trepar enredaderas y quedarse colgado de ellas, subir y bajar escaleras, apoyarse en paredes para saltar o bucear sin que se le acabe el oxigeno. Con el disparo activaremos botones y si nos acercamos a las palancas activaremos diferentes mecanismos. Algunos activarán plataformas móviles, en otras se nos abrirán puertas que nos darán acceso a la siguiente pantalla. En el último nivel de cada zona nos enfrentaremos a una piedra gigantesca, que nos perseguirá para aplastarnos.
Entre tú y yo, los enemigos
Cada zona irá activando nuevos elementos y algunos enemigos, manteniendo los del anterior nivel. La variedad de enemigos no es muy grande, siendo los primeros enemigos serpientes que se desplazan, plantas carnívoras, tentáculos que aparecerán de debajo del suelo (solo aparecerán si pasamos cerca de su agujero) y los sapos tendrán un ataque a distancia gracias a sus lenguas.
En la segunda área hay tramos acuáticos, por lo que nos encontraremos peces globo que nos dispararán 3 proyectiles y las hambrientas pirañas. Al subir montañas de la tercera área, nos las tendremos que ver con murciélagos y no muertos. En el volcán nos esperan los monos que golpearán el suelo para desprender piedras que caigan sobre nosotros y una especie de babosa de tres ojos que lanzará ráfagas de proyectiles. Para finalizar, nos esperará un jefe final, un gigantesco dragón que escupirá fuego y nos embestirá. Las rutinas de éste y del resto son muy mecánicas, por lo que son más obstáculos que desafíos.
Mi tesoro, mi récord
El juego cuenta con un diseño de niveles muy destacable, que anima al jugador a marcar siempre el mejor tiempo posible. Es un juego creado con los “speedrun” en mente, que explotarán sus tiempos como en pocos juegos. Para el jugador normal, se encontrará un juego de puntuaciones fantástico. Esto se debe a que tiene diferentes retos que cumplir en cada nivel, cada uno de ellos puntuables. El objeto a encontrar primordialmente son las flores, pero en cada área se incluirá un elemento nuevo como: anillos de oro, gemas y piruletas. La mayoría serán visibles, pero otras estarán muy bien escondidas.
Los niveles tienen muchos rincones secretos, que solo serán descubiertos si pasamos por la pared, el techo o el suelo exacto, por lo que deberemos rozarnos con todos los elementos para encontrar el acceso. En estas cámaras o pasillos secretos también nos encontraremos con los patitos, otro elemento coleccionable y puntuable. Luego estarán las monedas, algunas las veremos en el escenario y otras estarán escondidas en farolas, antorchas o velas que podremos destruir. Para finalizar, tendremos el reto de muertes: deberemos morir un número menor de veces al indicado y el tiempo mínimo para superar el nivel.
Análisis del juego gracias al código de descarga facilitado por Evolve PR.