La trilogía Metro (cuyo último juego es este Metro Exodus) nos lleva a conocer a Artyom, un superviviente que siendo niño presenció la última guerra nuclear. La caída de misiles nucleares sobre Moscú hizo que millones de personas perdieran la vida. Los 50.000 supervivientes no tuvieron más remedio que vivir en el subsuelo, usando las estaciones de metro como hogares. Los años pasaron y la superficie estaba contaminada por la radiación, haciendo mutar a los animales. Los supervivientes crearon barricadas y un grupo denominado La Orden se encargó de eliminar a los mutantes que invadían el metro.
Para que los niños no hicieran excursiones al exterior, los mayores contaban la historia de los oscuros. Estos seres no solo eran el mal personificado, también eran capaces de controlar la mente humana. La historia empieza cuando la estación de Artyom es amenazada por estos seres. Están solos y aislados, ya que otras estaciones han caído, quedándoles solo una oportunidad para sobrevivir. Artyom recorrerá el laberinto del Metro en busca de la orden. Su camino le llevará a encontrar algo de incalculable valor, quizás la salvación de la raza humana.
La gesta de Artyom, considerado un héroe, recorre las estaciones como la pólvora. La supervivencia y el ansia de poder alimentan los corazones de sus habitantes. Estos se dividen en dos bandos, los imperialistas y los comunistas. Unos creen en la raza pura, mientras que los otros en que el pueblo debe tener el poder. Las estaciones explotan en un conflicto de resultados devastadores y las sombras del pasado de Artyom quieren cobrarse sus pecados.
Metro 2035
La situación actual en las estaciones de Moscú no ha mejorado respecto al pasado. La vida de Artyom le ha llevado a ser miembro de la orden y a estar felizmente enamorado de Anna. Es un soñador, que ansía volver a la superficie y crear una comunidad, lugar al que ambos se escapan continuamente. Su objetivo es contactar con algún superviviente de fuera de Moscú. Un día, un sonido atronador hace vibrar los raíles del exterior y una bocina anticipa el paso de un tren. La pareja asombrada ve pasar un tren conocido como el Aurora. Cerca de ellos se escuchan disparos, y descubren que el imperio ha detenido a dos extranjeros. Al intentar rescatarlos son detenidos y encerrados junto a ellos. Estos les explican que fuera de Moscú el aire es respirable. Ahora tocará recuperar el tren Aurora, su caballo a la libertad.
Rusia Postnuclear
El recorrido de Artyom y la orden los llevará hasta distintas ubicaciones en busca de una zona habitable. Cada parada los hará conocer diferentes comunidades, cada una de ellas con problemas con bandidos o grupos armados. En el Volga conocerán a los adoradores de un pez mutante. Estos tienen la creencia de que la situación actual es por culpa de la tecnología, por lo que rechazan el contacto con ella. Esta zona está cubierta de pantanos, que podremos atravesar gracias a las barcas. Estos momentos son algo caóticos, ya que se maneja bastante mal y los crustáceos mutantes nos atacarán constantemente.
El destino principal para Miller, padre de Anna y suegro de Artyom, será Yamantau. Aquí está el Bunker donde se esconden las máximas autoridades gubernamentales. Parece estar todo en orden al contactar por radio con ellos, pero una terrible sorpresa les espera. Será una misión lineal, con los momentos más salvajes del juego. Además, nos espera un jefe final duro de pelar.
El Mar Caspio ha dejado de ser un mar, para convertirse en un gran páramo. Ahora lagos de petróleo bañan su desierto, grandes géiseres y barcos oxidados ocupados por miembros del barón. Este grupo está fuertemente armado y ha sido capaz de esclavizar a los autóctonos de la zona. Junto al Volga, se trata de un mapa abierto, aquí recorreremos sus dunas en una furgoneta.
En la Taiga pasearemos por bosques llenos de árboles y cuevas. Aquí se esconden los niños del bosque, ahora como adultos. Sobrevivieron a la guerra, gracias a sus vacaciones en el campamento “Solnechnig”. Sus tutores les enseñaron a sobrevivir y ahora son salvajes que se han dividido en dos comunidades. Se trata de un escenario lineal con caminos secundarios, donde descubriremos una nueva arma, la ballesta.
Novosibirsk es una ciudad grande como Moscú, aunque con niveles de contaminación superiores a la capital rusa. Nuevamente se trata de un nivel lineal, en el que deberemos vigilar constantemente nuestro contador Geiger. Aquí nos esperan unos mutantes excesivamente peligrosos.
Conoceremos la historia de cada comunidad por su entorno, pero lo más importante será interactuar con los personajes no jugadores. El sistema es el mismo que en las anteriores entregas, debiéndonos acercarnos a ellos y esperar a que nos hablen. Realmente es un sistema incómodo, porque nunca sabes si lo que te van a decir es interesante o te van a meter un rollo descomunal. Eso sí, si queremos hablar con ellos deberemos enfundar el arma. Sus conversaciones suelen ser bastante monótonas y rompen el espíritu de shooter del juego. Por fortuna, está completamente doblado al castellano.
365 días
Metro Exodus nos llevará por las cuatro estaciones del año, dejándonos escenarios característicos de cada una de ellas. Además de los cambios climáticos, durante nuestra exploración aparecerán tormentas de nieve, arena o lluvia. Viviremos ciclos de día y noche que podremos acelerar durmiendo en las zonas conquistadas. Los ciclos afectarán a la actividad en la región, por ejemplo en la noche nos encontraremos más mutantes, mientras que las vigilancias humanas serán mínimas. Por el día veremos menos mutantes, pero habrá mayor número de enemigos humanos. Este factor será determinante para realizar las misiones, tanto secundarias como principales.
Cada zona tendrá sus propios mutantes, muchos repiten en la saga, como las arañas, las gárgolas (demonios), las ratas o los crustáceos. Otros los conocemos aquí por primera vez, como lobos, osos, gorilas y humanimales. Deberemos conocerlos para evitarlos, usar armas específicas o vencerles pulsando un botón constantemente.
Problemas
El motor gráfico usado en Metro Exodus por 4A Games se muestra impresionante y eso que lo he jugado en una Xbox One S. Ahora el juego presenta varios problemas, algunos bastante molestos. Entre ellos un error de autoguardado, en el que perderemos sesiones enteras al cargarlo. Si esto os pasa, tiene fácil solución, ya que una vez cargada la partida, seleccionando “Último punto de control” nos llevará hasta donde lo dejamos por última vez.
El resto de problemas llega en forma de bugs, con piezas de nuestra pistola que aparecen en mitad de la pantalla (me ha ocurrido dos veces). El sistema de impacto de balas, que a veces falla. Llegué a pensar que era cosa del viento, porque al corregir el segundo disparo si acertaba. Aunque lo extraño es que también pasa en interiores. Hay enemigos capaces de traspasar paredes y dispararnos a traición y la IA podría ser mejorable en el combate. El resto del comportamiento es aceptable, ya que se avisan los unos a los otros, se dan órdenes y a veces nos bailan para entorpecer nuestra puntería. Actúan en consonancia, si ven nuestra sombra al ser proyectada por la luz o si hacemos ruido.
Artyom
Los recursos de nuestro héroe nos llevarán a tener pocos indicadores en pantalla. Esta característica se mantiene en toda la saga y no es menos en Metro Exodus. El nivel de vida no estará indicado y dependerá del rojo que bañe la pantalla. Esta vez no se recuperará al descansar y nos saldrá un aviso de curación cuando estemos a un impacto de morir. La máscara nos ayudará en los momentos de contaminación, esta usará filtros que deberemos cambiar para seguir respirando. Su uso vendrá indicado por la dificultad en la respiración de Artyom o nuestro medidor de radiación que crujirá al estar expuestos. Además se manchará o romperá, pudiendo limpiarlo con la mano o pegarle un esparadrapo.
En el brazo tendremos los indicadores más importantes. Podremos instalar hasta tres, entre los que habrá un medidor Geiger, un reloj con un indicador de luz (sabremos si estamos bien escondidos) y como novedad un localizador de movimiento. Además tendremos una brújula que nos indicará la dirección para cumplir la misión principal. Podremos guiarnos por el mapa, este nos indica la ubicación de nuestro destino, o las misiones secundarias. Localizar las misiones secundarias, dependerá de explorar la lejanía con los prismáticos, o pasando por casualidad por una zona hostil.
Para las zonas oscuras tendremos una linterna recargable. Si se acaban las baterías la cargaremos con un generador portátil. Este extrañamente dejó de funcionarme en las últimas misiones, pudiendo solo usar un mechero, que además quemará telarañas y prenderá antorchas. La otra opción visual serán unas gafas de visión nocturna.
Recursos y armamento
Podremos hacernos con las guaridas enemigas, que usaremos como bases para descansar y cambiar la franja horaria. En estas bases se encuentran objetos de gran valor, o generadores que requerirán que los llenemos de gasolina. Estos esconden zonas secretas con mucho material. Para poder movernos más rápidamente, en muchas guaridas habrá tirolinas, que nos ayudarán a desplazarnos.
Para modificar o crear elementos usaremos las mesas de trabajo de las guaridas. Estas se usan para mejorar nuestras armas o limpiarlas, crear objetos y mejorar nuestro chaleco. Encontraremos dos tipos de materiales, los líquidos y las piezas. Estos se combinan para crear botiquines, filtros o munición para las armas (las hay incendiarias o de hierro). Las armas de los enemigos caídos podremos cogerlas, o desmontarlas para conseguir nuevos accesorios. Las armas cambiarán notablemente al montar las diferentes piezas.
En Metro Exodus podemos equipar hasta tres armas, una de ellas considerada especial. Pistolas, recortadas, fusiles, escopetas y ballestas. Les podremos incorporar todo tipo de elementos, silenciadores, puntos de mira, miras telescópicas con diferentes opciones, cargadores y culatas. A esto hay que añadirle objetos para lanzar, como granadas, cócteles molotov, latas (para entretener al enemigo) y cuchillos. Los cuchillos como las flechas los podremos recuperar una vez lanzados.
Combate
A diferencia de los anteriores juegos, esta vez no se nos dará a elegir entre un tipo de juego de sigilo o de acción. En Metro Exodus es todo más natural, dejando al jugador total libertad. Incluso cuando decidamos eliminar a alguien en sigilo, se nos dará la opción de matarlo o noquearlo. Un sistema denominado karma calculará nuestro comportamiento, para que el entorno sea más salvaje. Esto se nota más en mutantes, que en los propios humanos, que casi no tiene incidencia. La velocidad del giro dependerá del tiempo que mantengamos la dirección. Esto mejora nuestra puntería, pero dificulta los giros rápidos si nos atacan por la espalda.
Partida Plus
Una vez superado Metro Exodus nos espera la partida +. Podremos recoger los coleccionables que nos falten, como los diarios, escuchar las grabaciones o sintonizar las emisoras de radio. En este modo seleccionaremos algunos modificadores como limitar nuestra mochila, jugar con una sola arma o solo con la ballesta, enemigos blindados o con más granadas, jugar en tiempo real de 24 horas, que nuestros enemigos sean más duros, radiación permanente o el tener comentarios del desarrollador.
Análisis del juego gracias a la copia física enviada por Koch Media.