La década de los noventa quedará marcada como la «Console Wars» entre SEGA y Nintendo. Las batallas en los patios de colegio dividían a los amigos entre los que tenían una Mega Drive y una Súper Nintendo. Exactamente los mismos debates que encontramos hoy en redes sociales, pero a diferencia de ahora, la guerra era encarnizada entre compañías. La publicidad era agresiva y las malas jugadas estaban a la orden del día.
El primer gran obstáculo que se encontró SEGA fueron las licencias de terceros. Capcom, Taito y Konami se veían obligados a firmar contratos con Nintendo para el desarrollo exclusivo. Esto no permitía a SEGA contar con los grandes lanzamientos, por lo que se veía obligada a comprar sus licencias y desarrollar los juegos con sus equipos internos. Uno de los grandes éxitos en los salones recreativos de los noventa fue Final Fight, que tuvo una edición para Súper Nintendo que la hizo vender muchas consolas en Japón.
SEGA decidió intentar contrarrestar el golpe, creando un juego propio y ahorrarse el gasto de la licencia. Era normal, los beat’em up estaban arrasando en todos los mercados. Su única baza era Golden Axe, pero su ambientación no tenía nada que ver con la moda actual, así que le encargaron el desarrollo a Noriyoshi Ohba y a su equipo AM7. La Banda sonora corrió a cargo de Yozu Koshiro, que había hecho maravillas con el chip de Master System.
Noriyoshi Ohba
Ohba es uno de los diseñadores menos reconocidos de SEGA. Esto es debido al miedo en el mercado japonés al robo de talento. Ohba nació en Tokio en 1963 y entró a trabajar en SEGA en 1987. Su principal labor era la de diseñar videojuegos, empezando en Master System. Participó en grandes títulos como Wonder Boy in Monsterland, Poseidon Wars 3D y American Pro Football. En 1990 se creó el equipo AM7, en el que entró realizando las funciones de director y productor.
En Mega Drive fue el principal responsable de la trilogía Streets of Rage, y hacerse cargo de Super Shinobi, además de participar en una saga menos conocida como Clockwork Knight, realizando dos capítulos. Una vez finalizada la etapa en Mega Drive, su equipo se centró en proyectos exclusivos para el mercado Japones, produciendo juegos para SEGA Saturn como la saga Sakura Taisen, LEt’s Make!! y Advanced World War: Last of the Millennium.
En el año 2000 fundó la desarrolladora Overwork, uniéndose a 6 directores y un productor. Su intención era tener mayor libertad en sus trabajos, pero en 2003 se fusionaron con WOW Entertainment. Un año después decidió dejar SEGA, junto a varios ex empleados de la compañía, y entro a trabajar en una empresa dedicada a vídeo CGI, que proporcionaban apoyo al desarrollo de videojuegos.
Yozu Koshiro
Yozu Koshiro nació en Hina, un pequeño pueblo de Tokio en 1967. Por sus venas corría sangre de músico, ya que su madre era profesora de piano. Desde los tres años que ensayaba con su piano, las enseñanzas de su madre eran muy estrictas, obligándole a tocar todas las tardes. Cuando podía se escapaba al centro de ocio del pueblo. Allí jugaba con la única máquina recreativa que había, con el matamarcianos Space Invaders. También aprendió a tocar el violín, por lo que iba hasta Koganei, una ciudad más grande, y allí impartía clases el maestro Joe Hisaishi, y Koshiro intentaba acabar temprano para dedicarle un precioso tiempo a las recreativas del salón recreativo de la ciudad.
Su primer trabajo lo encontró en Nihon Falcom, donde presentó sus primeras composiciones. No esperaba que le gustaran a nadie, pero lo contrataron de inmediato. No pasó desapercibido para SEGA, que en 1990 lo contrató para integrarse en el equipo de AM7. El primer proyecto en que se involucró fue un juego de lucha callejera. Sus primeras melodías eran composiciones roqueras, pero una vez vio los personajes y la ambientación, cambio a temas house y trance. Al ser una ciudad futurista, le sentaría mejor la música que se escuchaba en los locales y discotecas.
El chip de sonido de Mega Drive tenía sus limitaciones, ya que solo poseía 10 canales de sonido, pero Koshiro los explotó para sorprender al mundo con una música inaudita en los videojuegos. De hecho, sus temas han servido de inspiración a la compañía, aportando ritmos que otros videojuegos no se habrían atrevido. Los ritmos se grababan en la cabeza del jugador y le transportaban directamente a la acción del juego.
Si Streets of Rage marcó un antes y un después, Streets of Rage 2, fue la consagración de su talento, consagrándose como uno de los primeros compositores «Rockstar». En una entrevista a la revista Marukatsu Megadrive de 1992, decía: “De toda la música de juegos que he escrito hasta ahora, éstas son las canciones de las que estoy más orgulloso. Siento que me abrió un nuevo mundo de posibilidades como músico”.
Koshiro ha participado en más videojuegos como Eye of the Beholder, Shenmue, Super Smash Bros Brawl, Ys, Etrian Odyssey y Shinobi. Sus últimos trabajos son Dragon Ball Online y el estremado Streets of Rage 4, que vuelve a firmar sus composiciones.
Continuará
El equipo de AM7 crearía un brawler que marcaría un antes y un después en Mega Drive. Se lanzó en 1991 con el nombre Bare Knuckle: Ikari no Tekken. En Estados Unidos y Europa sería conocido como Streets of Rage. Su historia la compone una trilogía de juegos, que SEGA ha mantenido parada hasta ahora. Esto no ha evitado que los fans crearan reversiones o se inventaran cómo sería una cuarta entrega. Por fortuna, el 30 de abril recibiremos la cuarta entrega oficial, desarrollada por Dotemu y Lizardcube Games.
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