El deber de un centinela
Una vez estemos en el campo de batalla, nos podremos desplazar por el mapeado de distintas formas. La más lenta y segura es corriendo, además Avil podrá trepar por diferentes superficies, como edificios o maderas colgantes. Saltar sobre los toldos nos asegurará alcanzar una buena altura, permitiéndonos planear para alcanzar zonas altas. Gracias a nuestro látigo-gancho podremos impulsarnos a toda velocidad a través de los edificios, ramas, buitres y las equipaciones de los Ravenii. Toda esta variedad se ve ennegrecida por culpa de la cámara, fallos en la acción como el uso del gancho, o el defectuoso doble salto y la alta velocidad de movimientos del personaje, que resta precisión.
Al enfrentarnos a nuestros enemigos, debemos demostrar nuestra habilidad con la espada. Podemos realizar complejos combos, que dependen del ritmo de pulsación del botón de ataque. Si un enemigo nos ataca podemos esquivarlo, aunque no siempre será efectivo. Para facilitar los combates, los enemigos se pueden fijar, aunque en toda la compaña no he conseguido realizar esta acción. Lo que si se fijan son los Ravenii de forma automática pasando cerca de ellos, esto complica mucho realizar otra tarea alejada del enfrentamiento con ellos, pero necesaria. Los centinelas tienen un ataque especial conocido como “ataque rúnico”. Este ataque se realiza con el gatillo, mientras lo mantengamos pulsado el tiempo se ralentiza pudiendo apuntar a nuestro objetivo. Al soltarlo realiza un ataque devastador, capaz de eliminar a los enemigos de un golpe, o de cortar miembros de los Ravenii. Este ataque está ligado a una barra de energía, que se va llenando con nuestras acciones. Una vez completo tendremos activado el ataque Extinction, el único capaz de degollar a un Ravenii.
El campo de batalla
Tanto los escenarios como los enemigos se generan de forma aleatoria, lo que hace que cada partida sea diferente. En el mapa se marcarán con puntos azules las ubicaciones de los cristales de fuga. En estos cristales los civiles se reunirán esperando que nosotros los teletransportemos. No será tarea fácil, porque los chacales los atacarán rápidamente, debiendo evitar que los maten. Los chacales estarán marcados con puntos rojos, mientras que una cabeza nos indicará la posición del Ravenii. Todos nuestros enemigos irán apareciendo por arte de magia, así que nos esperan oleadas continuas de enemigos.
Dependiendo del modo, también estarán marcadas las atalayas que deberemos defender. Estas serán objetivos de los Ravenii, quienes las destruirán con solo rozarlas. Por fortuna para el jugador se marcará la atalaya objetivo del Ravenii, así que tendremos un tiempo estratégico perfecto para interceptarlo. En la parte superior derecha de la pantalla veremos el porcentaje de ciudad que queda en pie. Llegar al 0%, o si la horda elimina a demasiados civiles, hará que nuestra misión fracase.
Los escenarios parecen sacados de dibujos animados, y se pueden destruir a nuestro paso, o al de los Ravenii, que atacarán y pisotearán sin contemplación. Tendremos diferentes localizaciones donde jugar: la frontera, la zona salvaje, la Baldia, Aldea Valle, Pueblo, Asentamiento, Puesto avanzado, Fortaleza y la Ciudad. Todas ellas no se diferencian mucho entre sí.