De brujas y un tarot muy especial
La historia de The Cosmic Wheel Sistehood nos pone en la piel de Fortuna, una bruja oráculo condenada a 1.000 años de destierro en un asteroide, de los que ya ha cumplido 200. Momento en el que ya no puede soportarlo más e invoca a un Behemot (un ser superior con el que está prohibido interactuar). Su nombre: Ábramar. Sus poderes: casi ilimitados, lo que servirá a Fortuna para iniciar un viaje que la liberará de su prisión y en el que volverá a tener contacto con antiguas compañeras brujas y otras nuevas. Para empezar, Ábramar ayuda a Fortuna a crear una baraja de cartas tipo tarot nueva, mucho más poderosa que la que tenía antes de ser desterrada. Esta baraja es una de las tres patas de la historia, sin querer dar detalles de la razón de ello que descubrimos a mitad del juego. Otra pata es la propia narrativa, con 200.000 palabras de diálogos y textos, el triple de las que encontramos en The Red Strings Club, por ejemplo. O las mismas de libros como Moby Dick o el último libro de la saga Harry Potter. La tercera y última pata del juego, es la banda sonora. Diversos temas de todo tipo que acompañan el desarrollo de la historia a la perfección y que varían en función de los acontecimientos que estamos viviendo.
La creación de la baraja en The Cosmic Wheel Sisterhood
Como decíamos, al inicio crearemos nuestra propia baraja del tarot. Completamente. En el juego hay cuatro elementos (aire, agua, tierra y fuego) que conforman el mundo y cuya energía es la que nos permite crear cada carta. Para ello, hay que elegir tres características: esferas para los fondos, arcanos para las figuras principales y símbolos para añadir un toque mágico. En función de los componentes que mezclemos, las cartas tendrán un significado u otro, que se nos muestra siempre en pantalla y que implicará unas lecturas diferentes a las preguntas de las consultas del tarot que hagamos. Hay que reseñar que no hay cartas buenas ni malas. Simplemente tienen unas características u otras y todas sirven para avanzar en el juego. Cada componente tiene un precio en forma de energía de uno o varios elementos antes reseñados. Comenzamos con poca energía, pero a lo largo de la aventura iremos consiguiendo más para ampliar nuestro mazo del tarot y tener más opciones a nuestra disposición. La carta se puede personalizar con los elementos elegidos, combinándolos gracias a un sencillo editor que nos permite hacer las imágenes más o menos pequeñas y rotarlas, así como colocarlas en el sitio que deseemos. Las cartas las podemos exportar a PNG para compartirlas en redes sociales o para tenerlas de recuerdo. Con habilidad y un poco de paciencia, se pueden conseguir cartas muy llamativas y, sobre todo, totalmente personalizadas y diferentes al resto de jugadores.
Mucho que leer en The Cosmic Wheel Sisterhood
Como buena novela visual interactiva, The Cosmic Wheel Sisterhood tiene mucho texto que leer. Dado que no tiene voces, es imprescindible que estemos atentos a la pantalla para no perder el hilo de la historia. Ya os comentábamos antes que el juego tiene 200.000 palabras, lo que da una idea de todo lo que hay que leer. Pero no os asustéis. Con una velocidad de lectura normal, completar la historia principal la primera vez no nos llevará más de unas 8 o 10 horas. Puede parecer poco, pero es que el juego de Deconstructeam está diseñado para rejugarlo y probar otros caminos y diseñar cartas diferentes. En las siguientes partidas podremos ir más rápidos en algunos diálogos y textos que ya sabemos. Además de que como sabemos el hilo de la historia, tomar decisiones se hace más sencillo.
Diferentes decisiones, diferentes caminos
Porque esta es la característica principal: la toma de decisiones. Constantemente tendremos que elegir nuestro camino, teniendo bien claro una premisa: no podemos cambiar lo que decidamos. Es decir, la partida se graba de forma automática en una ranura y no se puede grabar en otra ni volver hacia atrás. Una vez que se ha grabado, tendremos que apechugar con nuestra decisión, para bien o para mal. Y hay algunas que son “duras” desde un punto de vista de los sentimientos de cada uno. Porque The Cosmic Wheel Sisterhood es sobre todo, eso. Elegir y tocar la fibra sensible del jugador, a nosotros nos la ha tocado en varias ocasiones porque los personajes están bien creados. Tienen su propia historia detrás que vamos descubriendo y a los que les cogemos cariño o les odiamos, según nuestro estilo y decisiones.
Una experiencia cósmica
Hay que reseñar que The Cosmic Wheel Sisterhood no es un juego para todos. Para empezar, ya nos avisa que se hace referencia a temas y contenido sensibles: autolesiones, suicidio, discriminación, disforia de género, depresión, ansiedad, temática sexual, lenguaje vulgar y uso de drogas legales. Avisados estáis. Pero sobre todo, por que no hay necesidad de tomar decisiones precipitadas, ni secuencias de acción y sí pocos decorados y mucho texto que leer. Si te gustan las novelas gráficas interactivas, sin duda estamos ante uno de los mejores títulos que podemos disfrutar ahora mismo. Siempre teniendo presente que nuestras decisiones tienen consecuencias y que no podemos volver atrás si no nos gustan. Algo que puede parecer un problema pero que, en este caso, es todo un acierto para que nos sintamos más protagonistas si cabe de la historia y que las elecciones son las que marcarán nuestro futuro. Todo con un apartado gráfico tipo pixel art de estilo retro tan característico y, sobre todo, una banda sonora sensacional. Una música que acompaña cada momento de la historia a las mil maravillas y que da la ambientación perfecta teniendo en cuenta que, como decíamos, solo hay un puñado de escenarios. En definitiva, un gran juego de un gran estudio del que ya esperamos con ganas su próxima creación.
Análisis del juego gracias al código de descarga adelantado facilitado por Cosmocover.
Las capturas han sido realizadas In Game propias de la versión de PC.