Hemos de ser sinceros. Cuando empezamos a jugar a Monster Train en esta versión de PC, después de instalarlo, la verdad es que nos pareció un poco simple y algo caótico. Sus textos y voces en inglés, una mecánica de juego rara… Vamos, todo hacía presagiar un verdadero desastre.
Pero nada más lejos de la realidad. Monster Train es un juegazo, ya lo podemos decir. Sí, es cierto que la trama no es muy allá, pero lo mejor es que vayamos por partes.
El tren del Infierno
El infierno se está enfriando por culpa de los emisarios de Dios -vamos, los ángeles, o Winged, como los llama el juego- y hemos sido elegidos para llevar hasta el corazón mismo del inframundo una pira que hará fortalecer los fuegos abrasivos del inframundo -nosotros somos los infernales, o Hellborne-.
La forma de hacerlo es a través del tren -Rompehuesos, o Boneshaker-, una máquina de cuatro pisos, en cuyo último piso se encuentra la pira, nuestro mayor tesoro a defender, controlando las legiones del infierno, desesperados por proteger un tren que entrega la última “llama” capaz de evitar que el infierno se congele por completo.
Para ello hay que viajar, región por región, a través del inframundo -a lo largo de 9 niveles-, reuniendo y fortaleciendo nuestro ejército y defendiendo la máquina de una gran cantidad de fuerzas del cielo decididas a apagar el inframundo de una vez por todas.
Juego de cartas + Roguelike, perfecta combinación
Monster Train es un juego de cartas por turnos con grandes dosis de rogué-like, que suena como un montón de palabras de moda, pero que en Monster Train es mucho más que una mera combinación.
Se divide en distintas regiones del infierno, que consisten en una batalla, básicamente. En cada una de ellas se nos encargará convocar unidades y lanzar hechizos con el fin de evitar que los ángeles acaben congelando cada uno de los pisos, hasta que lleguen a extinguir la pira.
Lo que podemos convocar en cada momento depende de los sorteos del mazo, comenzando con un líder, luego algunos hechizos de daño débil y algunos de curación, pero con la posibilidad de reforzar lo que estamos jugando.
Al finalizar cada combate, podremos elegir nuevas cartas, nuevos artefactos, nuevos héroes, o bien, purgar cartas para llegar a tener un mazo bien conformado, como todo juego de cartas que se precie.
Mecánica sencilla, decisiones complicadas
Las mecánicas de juego son bastante simples de entender, y trabajan juntas para crear una increíble profundidad en el juego. Agregar, quitar y actualizar cartas es una cuestión bastante simple, pero cómo utilizar las cartas en cada momento para generar una estrategia es clave para seguir conservando la vida-en este caso, la pira-.
Hay que pensar que podemos tener la oportunidad de reclutar una unidad poderosa y resistente que puede hacer más daño que cualquier otra que tengamos, pero si estamos construyendo un hechizo de congelación o un mazo de defensivo, ¿realmente nos va a ayudar?
Por ello el juego nos ofrece la posibilidad de elegir entre cinco clanes -al principio sólo dos; el resto según ganemos experiencia-, para convertirnos en pieza clave de ese clan y contar así con las ayudas específicas de cada uno de ellos. También podemos tener un clan secundario, y su combinación es algo que tenemos que ir probando y con el tiempo conseguir la unión perfecta. Esto puede dar una idea de la cantidad de combinaciones posibles que, desde el principio, el juego nos ofrece.
Un mapa diferente
En Monster Train comenzamos el juego seleccionando una facción principal, que nos dará la carta de héroe, y una facción secundaria, como hemos comentado. Cada una de estas facciones tiene un rango de cartas que son exclusivas de ese grupo en particular y cada una tiene diferentes estrategias como resultado.
Una vez que hayamos hecho la elección, comienza el juego. El mapa son una serie de ubicaciones que se encuentran a lo largo de una vía de tren, cada una se puede visitar una vez antes de llegar al final de la línea y luchar por ese mapa, mejor dicho, nivel del infierno.
Estas ubicaciones otorgan bonificaciones en forma de nuevas cartas, nuevos artefactos (que proporcionan mejoras permanentes de estadísticas y similares) y comerciantes donde se pueden comprar mejoras para nuestras unidades y cartas de hechizo.
Después de haber visitado todos los lugares a lo largo de la línea, nos aventuraremos en la batalla, con nuestras fuerzas del Infierno luchando contra lo mejor que el Cielo puede reunir.
El Rompehuesos
El tren -el “Rompehuesos”- se divide en cuatro niveles, tres niveles de batalla y uno para nuestra pira -lo que en el juego se denomina “Ember Heart”-. Cada carta tiene tanto un costo de “ascuas”, como un costo de espacio, y cada uno de los tres niveles de batalla tiene un espacio delimitado -el izquierdo para nuestras unidades, y el derecho para las unidades del cielo.
Nuestro turno comienza con tres unidades de “Ember” y el objetivo es jugar las cartas lo mejor posible, teniendo en cuenta cuánto espacio ocupan las cartas de soldado y qué combinación de hechizos protegerán mejor nuestra pira. Una vez que se juegan todas las cartas o se gastan las ascuas, puedes finalizar el turno y atacar a los enemigos invasores.
Los enemigos comienzan en el piso inferior y avanzan hacia arriba. Si no son asesinados en ese turno, suben al siguiente nivel. Este ciclo se repite hasta que el jefe final pelea; los grandes malos continuarán en cada piso hasta que todas nuestras unidades sean eliminadas. Con suerte, podemos poner suficientes unidades de engendros de infierno y cubrirlas con suficientes hechizos, con el fin de que nuestro tren sea capaz de pasar al siguiente mapa, ganando la batalla.
Descenso al infierno
Como buen roguelike, las muertes son frecuentes y numerosas, pero con cada batalla, con cada partida la experiencia se va acumulando, lo que beneficia a las facciones elegidas, y ello conduce a cartas mejoradas y nuevas, más opciones de batalla, en definitiva.
Como hemos mencionado antes, hay 9 niveles para conquistar con suerte y destreza podemos llegar al final en menos de una hora, pero para eso primero hay que dejarse la piel pensando y jugando.
A pesar de lo complicado que pueda parecer, todo es muy fácil de entender y rápidamente se convierte en una segunda naturaleza, siempre y cuando se domine el idioma de Shakespeare, claro está, pues el juego está en perfecto inglés, además de en otros idiomas, como portugués, o ruso… No entendemos por qué habiendo en el mundo más de 800 millones de hispanohablantes hay juegos que no cuidan este aspecto, aunque sólo fuera con la traducción de los textos. Sí, porque si ya de por sí puede ser complicado hacerse con el control de los mazos de cartas y sus diferentes contenidos, no entender para qué sirve cada uno de ellos puede ser frustrante, además de complicar mucho el juego.
Tecnología sencilla y eficaz
Gráficamente Monster Train utiliza una estética simple y de dibujos animados que, aunque no es muy exigente para su sistema, se ve agradable y transmite un sentido de personalidad y cierto grado de humor. Se ha cuidado mucho el diseño de los demonios y los ángeles y resultan muy familiares a los arquetipos comunes, pero únicos al mismo tiempo.
El diseño de sonido también es simple, pero efectivo. Los efectos de sonido son muy apropiados para el tema que trata y el juego está respaldado por una melodía musical bastante agradable.
El nivel de detalle en los aspectos de presentación de Monster Train desmiente la etiqueta “independiente” que el juego lleva, una combinación que otros juegos de mucho mayor presupuesto tienen, pero no han sabido plasmar de manera tan eficaz como en esta ocasión.
Larga duración
Algo que puede llegar a preocupar, como todo juego de cartas que se precie, es que después de unas cuantas horas jugadas el juego puede resultar monótono, incluso probando las diferentes combinaciones de facciones. Nada más lejos de la realidad, pues el equipo de desarrollo de Monster Train ya tiene en la mente actualizaciones de los mazos de cartas para proveernos de nuevas unidades, nuevos niveles, nuevos hechizos y, también, nuevos enemigos o mapas.
Si además queremos más diversión, nada mejor que implicarse con el modo multijugador, que nos ofrece tres modos en sí mismo: Partida rápida -Hell Rush-, donde deberemos competir con hasta cuatro jugadores más en ser los primeros en acabar cada ronda, contando con un límite de tiempo y con bonificaciones diversas. Desafío diario – Diary Challenge-, en el que hay poco que explicar; desafíos diarios para luchar por un puesto en la clasificación mundial.
Y por último, pero no por ello menos interesante, crear nuestra propia partida –Custom Challenges- y compartirla con el resto de la humanidad.
Para terminar, sólo podemos felicitar al estudio de desarrollo, pues han conseguido hacer un juego que, ya de por sí ambicioso al mezclar dos géneros tan distintos como roguelike y cartas, nos ha provisto de una experiencia sin igual dentro de un tipo de juegos que productos como Hearthstone o Magic de Gaheting -por poner dos ejemplos de épocas diferentes- tenían copados.
Si se es amante de los juegos de cartas y se quiere probar algo diferente a lo que ya existe, Monster Train es una compra obligada.
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