Los detalles de la competición
El modo carrera se presentará como un pequeño viaje por la historia ficticia de los Rallys. Estamos en un plano temporal que ha evolucionado la competición de manera diferente. Aquí se nos explica que la competición del Rally se creó por accidente, por un piloto finlandés, que llegaba tarde a su sesión de sauna y tomó un atajo por el bosque para llegar a tiempo. Su habilidad al volante hizo que otros lo imitarán y que se creara una competición para ver quién completaba el circuito en menor tiempo. La competición se divide en temporadas que van desde 1967 hasta 1996, y en cada una de ellas participaremos con una selección de vehículos divididas en grupos: 2, 3, 4, B, S y A.
Las temporadas se dividirán en diferentes etapas que nos harán competir en países como Finlandia, Kenia, Alemania, Noruega, Japón y Cerdeña. Para las etapas que cuenten con más de dos circuitos, podremos reparar el vehículo, ya que las colisiones y el mal pilotaje irán menguando su rendimiento. Las temporadas, los vehículos y las etapas nos las describirán con los sucesos y curiosidades de cada una de ellas. La competición se realizará con una cámara isométrica trasera y deberemos conseguir llegar entre los tres primeros al completar las etapas. Si no nos convence el tiempo de un tramo, podremos reintentarlo, aunque estará limitado a 5 intentos. Si estos no los usamos se nos premiará con nuevos diseños de los vehículos. Una vez completada una etapa se nos desbloqueará la siguiente.
Completar las temporadas nos irá brindando nuevos vehículos con más de 50 por conducir, algunos tan locos como un triciclo o una furgoneta. El control de los vehículos se deja notar en el control del derrape, el ruido del motor y cómo se adhieren al terreno. Los vehículos japoneses serán auténticas bestias de la velocidad, los franceses tendrán un manejo fácil y los alemanes serán más pesados.
El arte de la competición
Los desarrolladores consideran arte la precisión en la conducción de los pilotos, aunque su Art of Rally destaca por ser bastante hermoso. Olvidaros de diseños fotorrealistas, en este caso contaremos con un juego Low Polly que destacará por sus escenarios. Los cinco países se diferenciarán encontrando elementos característicos en todos ellos, todo con un color que parecerá un cuadro: los cerezos de Japón, la nieve de Finlandia, el desierto de Kenia…, ojo a los efectos de luz en las etapas nocturnas. Contaremos con diferentes pavimentos: tierra, asfalto, nieve y grava con la sensación de que unos patinan más que otros. Además, la meteorología cambiará el escenario como la mañana, tarde, puesta del sol, lluvia, noche o la niebla.
La conducción es arcade total donde activaremos el ABS, la transmisión manual o automática y el control de estabilidad. Aun con las ayudas, deberemos ir con cuidado de no salirnos de las curvas y saber completarlas con la velocidad justa. El freno o dominar los derrapes se hace crucial y no es tarea fácil. Una de las pegas que le hemos encontrado es la detección de atajos, que penaliza llevándonos de nuevo a la pista y nos castiga con 5 segundos extra, y a veces se activa por simplemente salirse un poco por fuera de la curva, algo muy marcado en Kenia. La detección de colisiones también nos jugará malas pasadas, que penalizará de la misma forma y con tocar algunas vallas o cajas nos reiniciará y en ocasiones un accidente que debería penalizarnos, nos deja continuar, perdiendo aún más tiempo.
En general, el comportamiento del juego es correcto, pero sus físicas a veces son algo exageradas. Saldremos despedidos en algunos baches y el vehículo, como en la vida real, no podremos controlarlo en el aire. Se ha echado en falta un mapa de los trazados, ya que lo único que tenemos en el HUB es el tiempo y la barra de porcentaje de tramo completado. Ni siquiera tenemos las posiciones: no las conoceremos hasta completar el tramo. Los efectos de sonido son algo estridentes, ya que escucharemos solo el motor. La música acompaña muy bien en algunos modos de juego, con temas Synthwave, aunque puede acabar cansando.
Modos de juego
Si hemos completado el modo carrera, aún tendremos más contenido de juego, con modos como realizar las contrarreloj, donde podremos activar el vehículo fantasma, crear nuestros propios eventos o participar en los eventos online. Estos eventos se clasifican en semanales y diarios y solo nos permiten una oportunidad para completarlos. Esta característica me fascina, tanto en este modo como en el modo carrera. Que se limiten a nuestra habilidad y nada de poder repetir una y otra vez el escenario o, lo que es peor, retroceder el tiempo como en otros juegos.
Modo libre
Es el primer modo al que jugaremos y que nos servirá para practicar la conducción. En este modo se nos presentarán los cinco países en un minimundo abierto. Además, al completar el modo campaña, se añadirá un nuevo país que visitar, que lo exploraremos a placer con la intención de encontrar los coleccionables que esconden. No estarán todos los mapas desbloqueados desde el inicio, por lo que deberemos encontrar la palabra RALLY para desbloquear el siguiente. Las fotos nos mostrarán los puntos de interés donde estampar nuestro vehículo. Los Casetes desbloquearán nuevas canciones y las furgonetas de Funselektor.
Maestro del Rally
Art of Rally es una propuesta atractiva con opciones, modos y 60 tramos que son suficientes. Su diseño lo acerca al arte y sus controles, pese algún defecto, lo mantienen en competición. Tiene una buena gama de vehículos que, dependiendo del grupo, serán más o menos potentes. Sus descripciones informativas son muy interesantes, más cuando se basan en detalles graciosos. Una pena que no hayan contado con un HUB más informativo que nos pique al segundo con los tiempos de nuestros rivales o informando del tramo. Lástima que las localizaciones no sean más de cinco, porque hace que el juego llegue a un punto que peque de ser repetitivo y monótono. El juego puede durarnos unas 15 horas y su dificultad no es exigente una vez dominemos la conducción.
Análisis del juego gracias a la descarga propia de Xbox Games Store.